La
columna del juez
Aunque
estén separados
María
Esther Gallegos Candela
Es rica la experiencia
que nos otorga el cargo de magistrados, y en esta oportunidad quiero plasmar
en una carta las inquietudes y apreciaciones de los menores que he podido
entrevistar en los procesos de tenencia y régimen de visitas, las expresiones
que contiene pertenecen a los propios niños, no son frases inventadas. Espero
que sirva de ayuda a aquellas pequeñas voces silenciosas que por respeto no
se atreven a manifestar, ante sus padres, sus pensamientos y sentimientos, y
que sin culpa alguna son víctimas de las equivocadas decisiones de quienes
decidieron traerlos a la vida.
“Queridos
papitos:
Cuando decidieron
traerme al mundo lo hicieron con mucho amor, yo me sentía emocionado por
conocerlos, estaba feliz por haber sido ustedes quienes me eligieron, y no
fui yo, quizás me hubiera equivocado al elegirlos. Pero no entiendo qué de
malo hice al nacer para que ambos no se quisieran como antes y tengan que
pelearse por mí ante un llamado Juzgado, donde un señor o una señora que
nunca vivieron con nosotros decidan con quién viviré mejor y qué horas y días
serán las propicias para salir con ustedes, ¿es tan difícil que se pongan de
acuerdo en algo tan sencillo?, yo quiero vivir con ustedes dos juntos, y si
eso no es posible quisiera me cortaran en dos partes iguales para que sean felices
con un pedazo de mí y así poder estar con los dos.
Los amo mucho papitos,
me siento triste cuando uno de ustedes me habla mal del otro, si ambos son
perfectos para mí, me entristece cuando no quieren mirarse y apenas se
hablan, o cuando otras veces solo discuten por mí, que por qué llegó tarde
papá o mamá a recogerme, por qué se tardó en retornarme a la casa, que por
qué no le dio dinero para los alimentos; si se nos pasó un poco la hora fue
porque yo le pedí a papá o mamá un poquito más de tiempo, porque lo estaba
pasando bien y estaba feliz, si ahora te enojas es por mi culpa.
Nunca pensé que venir
a este mundo les iba a causar tantos problemas, si hubiera sabido ello, creo
que fue mala idea, me equivoqué, solo vine a causar desdicha y tristeza entre
ustedes que tanto se amaron al inicio. Díganme qué puedo hacer para que sean
felices y reparar esta pena, los amo papitos lindos, los amo…”.
Ustedes, como padres
tienen legalmente el derecho de iniciar procesos judiciales por alimentos,
tenencias y régimen de visitas, pero hay que reflexionar qué efectos
emocionales generan estos juicios a sus hijos. Estos angelitos no les
pidieron venir a esta vida, pero si así lo decidieron, asuman su
responsabilidad, no desgracien sus vidas con sus rencores y egoísmos; por el
interés superior del niño, háganlos felices.
(*) Jueza integrante
del Programa Social “Justicia en tu Comunidad” de la Corte de
Lima
EXPRESO
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